jueves, 8 de agosto de 2013

T1A COMPRENSION DEL HOMBRE. RAZON, VOLUNTAD, SENTIMIENTO E INSTINTO.

Uno de aspectos más interesantes de la evolución es el conocimiento de nosotros mismos y de nuestros orígenes. El hombre forma parte del fenómeno evolutivo y representa la consecuencia de las revoluciones adaptativas en todo su proceso de desarrollo histórico.

La civilización y la cultura tienen un componente fundamental en le evolución orgánica del hombre. La evolución cultural tiene sus raíces en la capacidad que tenemos para entender y trasmitir símbolos que forman la base de nuestra cultura.

Eso sí, en ningún momento debemos olvidar que como seres humanos formamos parte del Universo como cualquier otra especie. Que si bien las adaptaciones actuales nos capacitan para manejar nuestro ambiente en forma muy ingeniosa, ello no nos aleja más de otros organismos que la habilidad que tienen las abejas para encontrar áreas con flores y transmitir esa información a sus congéneres. Como ellas gozamos de ciertas habilidades, pero finalmente ambas convivimos en esta tierra y por tanto no somos distintos.

Un aspecto del ser humano que está ausente en los animales es la conciencia que tenemos de nuestra existencia como individuos. Esto mismo supone que tenemos conciencia de nuestra muerte y de lo que ella implica.

Una sociedad humana, entidad poblacional o hábitat, es aquella que se considera a sí misma, a los habitantes y a su entorno; todo ello interrelacionado con un proyecto común, que les da una identidad de pertenencia. Asimismo, el término connota un grupo con lazos económicos, ideológicos y políticos.

El hombre y su comportamiento.

La esencia del hombre es estudiada por la antropología filosófica. Esta disciplina abarca al hombre en su totalidad porque se apoya en su desarrollo histórico y en su evolución cultural. El hombre es la esencia del saber y de la construcción de modelos sociales.

En su insaciable anhelo de volver inteligible la realidad, el saber racional del hombre se ha ido labrando sobre un tortuoso y largo camino durante su proceso de desarrollo histórico, a cuyo través ha desfilado toda una constelación de pensadores, cada uno con su particular modo de concebir la realidad, y un sinfín de escuelas que, por regla general, han exhibido las más dispares y opuestas doctrinas.

Todo ello, como bien podemos suponer, conforma un vasto panorama, variopinto y sumamente complejo, que obliga, en aras del orden y la claridad, a establecer esa gama de clasificaciones que bondadosamente, y tras ardua tarea, nos ofrecen los diferentes historiadores del pensamiento. (1)

Durante el proceso de su desarrollo histórico se ha realizado preguntas como:

·        Qué puedo saber y encuentra su respuesta en la ciencia.
·        Qué debo hacer y encuentra su respuesta en la moral.
·        Qué puedo esperar y encuentra su respuesta en la religión.
·        Qué es el hombre y encuentra su respuesta a través de la antropología filosófica.

Diversas concepciones antropológicas

Elemento humano
Concepción antropológica
Ejemplos
Razón
Racionalismo
El hombre como “animal racional”. Filosofía  clásica:
Sócrates,Platón, Aristóteles.
Cartesianismo. El hombre como sustancia pensante.
Voluntad
Voluntarismo
El hombre  como expresión de la voluntad de vivir. Schopenhauer.
El hombre como voluntad de poder. Ideal del superhombre. Nietzsche.
Sentimiento
Romanticismo
Primacía del sentimiento sobre la razón. Rousseau
 “existir es sentir”
Instinto
Naturalismo, biologismo
El instinto o impulso sexual como determinante de la conducta. Freud.


El desarrollo del hombre se sustenta en su ascenso hacia categorías superiores que le permiten un modelo de vida más confortable. La concepción del hombre tiene que ver con la época que lo caracteriza. Cada una de las concepciones es parcial y no puede  inferirse para toda la existencia humana.

El hombre es concebido como ser biológico, ser psíquico y ser social. La dinámica de aquellos elementos da para concebirlo como razón, como voluntad, como sentimiento, como instinto. Tales ideas provienen de tres fuentes: la religión, la filosofía y la ciencia. (2)

El hombre siempre se ve obligado a seguir con la dificultosa empresa de tratar de saber quién es él realmente, sobre todo al considerar que en el mundo de hoy, aceleradamente cambiante y crítico, nos es decisivo responder lúcidamente, y sin vacilaciones, al desafío e influencia que ejerce sobre nosotros la constante creación de nuevas realidades científicas, tecnológicas, artísticas, políticas, económicas, en una palabra: culturales.

El hombre no nace con criterio, juicio o discernimiento, hay que formarlo. Es un animal que es capaz de transformar su instinto y de crear el criterio ético. Este criterio se adquiere por reflexión sobre los valores del bien y la bondad.

Criterios para el estudio del hombre

Hay una pregunta totalmente importante que es inseparable de la pregunta de la existencia de Dios. La pregunta de si la vida en la tierra existe a causa de una suerte y azar a través de la evolución, o a causa de una creación especial por un Ser Supremo.

Existen dos criterios que permite resolver la inquietud anterior:

·        Criterio trascendentalista: concibe al hombre como producto de la creación divina. Su destino se orienta a la búsqueda de formas para superar la vida terrenal y luego trascender a una vida supra terrenal o eterna. El hombre como criatura de Dios.

Según este criterio existe un ser superior, Dios, responsable de la vida y del universo. El hombre le rinde tributo en todo momento. Aparecen las religiones con cánones propios para rendirle el reconocimiento y darle gracias por sus favores. (3)

La religión, según Gómez Pellón, da los valores que contribuyen a estructurar una comunidad en torno a principios comunes. Los valores básicos coinciden en todas las religiones: solidaridad, templanza, humildad...". Tal vez no sea mensurable el valor biológico de la humildad, pero sí hay muchos modelos que estudian el altruismo y sus posibles ventajas evolutivas en diversas especies, incluida la humana.

También coinciden Carbonell y Gómez Pellón al señalar el papel "calmante" de la religión. "La religión ayuda a controlar la ansiedad de no saber", dice el antropólogo. "Cuanto más se sabe, más se sabe que no se sabe. Y eso genera ansiedad. Además, el ser humano vive poco. ¿Qué pasa después? Esa pregunta está en todas las culturas, y la religión ayuda a convivir con ella, nos da seguridad" (4)

·        Criterio inmanentista: concibe al hombre como producto de la naturaleza o de la historia. Considera que más allá del hombre no hay Dios. Este criterio se aplica a la evolución de Darwin, así como al materialismo histórico.

Para la teoría de Darwin, el hombre es un animal evolucionado, la totalidad de su vida culmina en el momento mismo en que ocurre su muerte biológica.

El evolucionismo sostiene que las especies se modifican gradualmente. Las variaciones individuales favorables tienden a ser conservadas y las desfavorables a ser destruidas (selección natural). La selección natural ha sido el modo principal, pero no el único, de modificación.

El materialismo histórico, por su parte, sostiene que la base de explicación del hombre y de su cultura es la situación económica de la sociedad en cada lugar y época.

Los hombres hacen relaciones desde el punto de vista de la producción y de estas determina la estructura económica de la sociedad. Marx proporciona en el prólogo a “la contribución a la crítica de la economía política” los principios fundamentales del materialismo histórico.

Coincidiendo con el pensamiento de Marx, Engels defiende que la unidad del mundo no consiste en su ser sino en su materialidad. El movimiento es la forma de existencia de la materia. En consecuencia el pensamiento y la conciencia son productos del cerebro y por lo tanto el hombre no es más que un producto de la naturaleza.

Según el materialismo histórico, la historia de la filosofía comprende dos actitudes opuestas que abordan el problema de pensar y del ser (pensamiento y realidad). ¿Qué es lo primero? ¿El espíritu o la naturaleza? Los que afirman que el espíritu es primero dan lugar a las concepciones idealistas de inspiración religiosa; mientras que los que afirman lo segundo originan las concepciones materialistas.

En su capacidad de interpretar la realidad, el hombre es el protagonista de su propia historia (plano inmanentista). Hoy debe buscar qué es lo que determina sus móviles y a que se deben los choques de las ideas, aspiraciones y contradicciones.


El problema fundamental radica en identificar qué manifestaciones son específicamente humanas, es decir, que exteriorizan una capacidad propia del hombre que no posee ningún otro animal.

Podemos llamar a eso específico del hombre de una forma en la que hoy todos están de acuerdo: pensamiento reflexivo. Esta capacidad hace que, en realidad, cada individuo humano sea meta específico, en el sentido de que tiene una posibilidad de actuación que no depende exactamente de las capacidades biológicas de su especie, sino de su individualidad.

Por eso, la manifestación más clara de humanidad es el arte, en el sentido amplio del término, que produce la cultura. Por ejemplo, los individuos de una determinada especie de ave fabrican un nido, o emiten un canto, cuyas características son específicas, comunes a todos los individuos de esa especie.

En la antigüedad, el horizonte era fundamentalmente filosófico; los griegos interpretaron las cosas en términos de naturaleza y al hombre como una naturaleza como todas las demás; en ese contexto definió Aristóteles al hombre como animal racional. En la filosofía escolástica se impuso la definición de hombre de Boecio: "sustancia individual de naturaleza racional".

En la modernidad, a partir de Descartes, hombre se identifica con –res cogitans– ser pensante que accede a su consciente. En Kant el hombre se caracteriza por la permanencia de la conciencia y como único sujeto que hace posible la existencia de un mundo moral, fundado en su condición de ser libre y autónomo.

En la perspectiva posmoderna se han dado diferentes concepciones de hombre, desde el punto de vista muy distintos como el sociológico y el sicológico, pero se aprecia una perspectiva de no considerar al hombre en términos de "cosa" ni tampoco de "yo" descorporizado.

La esencia del hombre consistirá ahora en el "espíritu" y según Scheler se denomina hombre "al centro activo en que el espíritu se manifiesta", a diferencia de todos los centros funcionales de vida que considerados por dentro, se llaman también centros” anímicos". El orden anímico es el de la vida, el orden espiritual es el del hombre.

Teorías sobre el desarrollo del hombre

·     Teoría clásica del hombre por su capacidad de relación, o del homo sapiens: define al hombre como un animal racional. De acuerdo con esto, el género más próximo del concepto hombre es la animalidad, pero lo que lo diferencia de los demás animales es la racionalidad o sea la capacidad de comprender, de abstraer o de retener nociones universales llamadas conceptos. La razón es lo que permite al hombre separar al hombre del animal.

·       Teoría del homo habilis o Faber: define al hombre como un ser práctico y se desarrolla en teorías naturalistas, en el positivismo y en el pragmatismo, fundamentalmente. Según esta teoría no hay diferencia esencial entre el ser humano y el animal. Solo se encuentra, entre ambos, diferencias de grado; es decir, en el hombre se dan los mismos elementos que en los demás seres vivos, pero difiere de éstos en que, en el hombre se manifiestan en una forma más compleja y desarrollada. El homo Faber surge para modificar el entorno. Como ser reflexivo fabrica herramientas con una finalidad concreta.  Ser humano significa tener un cierto dominio de su entorno, tanto en lo que se refiere al mero conocimiento de él como a la posibilidad de actuar y transformarlo o utilizarlo para sus fines. Pero el conocimiento y la actuación humanos no se realizan de modo directo sino de modo mediato. El ser humano sólo puede conocer algo a través de otras cosas y sólo puede actuar sirviéndose de instrumentos  que faciliten esa operación. El hombre no es solamente un homo Faber, sino primordialmente un homo instrumentalis y solamente porque es instrumental puede también ser productor.

·     Teoría del hombre como animal simbólico: define al hombre a partir de sus estados sicológicos: pasiones, ideas, creencias, decisiones, preferencias etc. Y de sus estados frente a su obra en el paso por la vida. El hombre construye su propio universo simbólico formado por todas sus creaciones culturales: mito, arte, religión etc. La historia del desarrollo humano revela una incesante búsqueda de nuevas tareas a realizar y de nuevos instrumentos para realizarlas. Desde la piedra natural concebida como instrumento rudimentario hasta el sistema informático moderno el ser humano ha aprendido a instrumentalizar todo lo que ha hallado en su camino y a crear utensilios cada vez más complicados y de mayor alcance espacio-temporal con ayuda de otros utensilios precedentes más simples. La propia creación de instrumentos exige, ella misma, instrumentos. Tiene capacidad de interpretación, crea lenguaje, arte, creencias, ritos y ciencias.

·     Teoría humanista realista: se fundamenta en la teoría marxista. Según esta la historia no hace nada, es el hombre, en cambio, el hombre efectivo y viviente el que lo ha hecho todo, el que posee, el que combate. El hombre es un ser productor, transformador y creador. Mediante su trabajo transforma la naturaleza exterior y a la vez crea un mundo a su medida. Si partimos de que lo verdaderamente real en nuestra vida son nuestras actividades, aquello a lo que estamos dedicados, y no las cosas que nos rodean, ya que la realidad de las cosas que nos rodean depende de nuestras actividades, llegamos a la conclusión de que nuestro cuerpo y nuestras facultades mentales son los primeros instrumentos al servicio de nuestra actividad creadora. O lo que es lo mismo, que no hay primero un sujeto dado y luego una actividad, sino que la actividad crea tanto el sujeto como el objeto. Lo que nos distingue como personas humanas concretas son nuestras actividades. "Por sus obras los conoceréis", hemos oído decir. Un yo o una persona que no haya obrado en absoluto, no es ni yo ni persona. Un cuerpo inerte no es un ser vivo y la vida consiste en la actuación mediatizada por lo material, que sirve como soporte de la actividad y recibe su sentido de ella. No obstante, el ser humano no se limita a los utensilios materiales. El logos humano posee la capacidad de crear utensilios inmateriales y simbólicos que son justamente la ventaja que le coloca por encima del animal, pero también lo que nos hace perdernos en un mundo de ficciones creadas por nosotros mismos. La función simbólica del conocimiento y el obrar humanos tiende a confundir la actividad y su sentido con el utensilio en que dicha actividad se apoya. Confundimos incluso un instrumento por otro. Creemos que el dinero es algo sustancial y que el nombre de una cosa es la cosa misma.

El único ser capaz de crear cultura es el hombre. Su avance y progreso en la cultura lo manifiesta  a través del lenguaje, uso de símbolos, y de su sistema nervioso complejo con funciones elevadas como la memoria, el raciocinio, etc. (5)

Pero la cultura tiene diferentes niveles y cada hombre, como miembro de una sociedad, tiene una cultura específica. Por lo tanto no se concibe un hombre sin cultura ni una cultura sin hombres. Existen ambos en un interjuego dialéctico de ida y regreso, ambos necesarios entre sí.

Ser humano significa tener un cierto dominio de su entorno, tanto en lo que se refiere al mero conocimiento de él como a la posibilidad de actuar y transformarlo o utilizarlo para sus fines. Pero el conocimiento y la actuación humanos no se realizan de modo directo sino de modo mediato.

El ser humano sólo puede conocer algo a través de otras cosas y sólo puede actuar sirviéndose de instrumentos o prótesis que faciliten esa operación. El hombre no es solamente un homo Faber, sino primordialmente un homo instrumentalis y solamente porque es instrumental puede también ser productor.

El hombre como un ser diferencial de conductas

El hombre en su condición de individualismo observa que su conducta es la más lógica, la más aceptable y normal y mira con extrañeza el accionar ajeno calificándolo en forma subestimada y muchas veces ridiculizándolo. Esta consecuencia se debe al carácter que nos ha formado la cultura en que nacimos y a través de aquella vemos el mundo con los elementos tomados de aquella cultura.

La interposición de elementos culturales y su articulación permiten al hombre compartir culturas para lograr seguridad y cohesión en el comportamiento humano. Las conductas compartidas ayudan a reconstituir los nexos entre culturas y esta condición orienta la definición de la supracultura humana como estrategia de avance y progreso.

La cultura es la expresión del hombre plasmada en el conocimiento, en las creencias, el arte, la religión, del derecho, las costumbres; en cada época y en la época en que vive.

La cultura hay que considerarla como un sistema. El sistema es algo más que la suma de las partes. Los sistemas están conformados por elementos interrelacionados de tal manera que forman una estructura particular y un todo. Dos sistemas pueden tener los mismos elementos, pero al estar relacionados de diferente manera, resultan ser totalmente distintos.

Así si quiero dar cuenta de un sistema, por ejemplo si quiero estudiarlo, no tengo que solamente enumerar los elementos sino que explicar cómo estar relacionados entre sí. De lo anterior se desprende que la cultura es una manera particular de interrelación de los elementos integrantes.

Por lo tanto podemos afirmar que existe una diferencia de cualidad y no de grado entre los animales y el hombre. Es decir, el hombre no posee algo más en cantidad que los animales (grado) sino que posee algo que los otros animales no poseen (cualidad) y lo hace único: el uso del símbolo, el cual abre las posibilidades del lenguaje.

El ser humano está dotado de una capacidad natural de dominar las fuerzas naturales y de mejorar su calidad de vida y la de sus semejantes.

Tiene también la posibilidad de planificar su actuación y de determinar lo que es conveniente o perjudicial y lo que es deseable o no, tanto desde el punto de vista de la consecución de un fin concreto como desde el punto de vista ético o de interés social. Para ello se halla empeñado en la construcción de artefactos e instrumentos, tanto materiales como inmateriales cuyo alcance en el tiempo y en el espacio está llegando a límites que asombrarían a nuestros predecesores. (6)

El ser humano está dotado de una capacidad natural de dominar las fuerzas naturales y de mejorar su calidad de vida y la de sus semejantes. Tiene también la posibilidad de planificar su actuación y de determinar lo que es conveniente o perjudicial y lo que es deseable o no, tanto desde el punto de vista de la consecución de un fin concreto como desde el punto de vista ético o de interés social.

Para ello se halla empeñado en la construcción de artefactos e instrumentos, tanto materiales como inmateriales cuyo alcance en el tiempo y en el espacio está llegando a límites que asombrarían a nuestros predecesores de hace apenas cincuenta años.

La investigación científica nos permite saber cuáles son los peligros que tenemos que evitar y cuales son las medidas a tomar para hacer del planeta tierra un planeta del bienestar.

Lo único que amenaza al ser humano es el propio ser humano. Una sociedad global encierra graves problemas de entendimiento y comunicación cuya solución es difícil pero no imposible.

Los medios concretos para alcanzar la verdad y el bien no están dados definitivamente a cada ser humano, porque es la libertad de cada uno quien tiene que elegirlos. Está dado el fin general de la naturaleza humana (felicidad, perfección), pero no los medios que conducen a esos fines.

La orientación general está dada por nuestra naturaleza humana, pero ésta necesita que la persona elija los fines secundarios y los medios. Y, dado que no es instintivo en el ser humano alcanzar los fines naturales del hombre, la naturaleza humana tiene unas referencias orientativas para la libertad; es decir, tiene unas normas, unas leyes que le permiten encauzar libremente el cumplimiento de ese anhelo constitutivo, y que configuran la guía de la naturaleza humana. Si se vive lo indicado en ellas, estaremos un poco más cerca del objetivo; si no se vive, nos alejaremos de él.

La primera de las normas de esta guía de la naturaleza humana tradicionalmente se ha formulado así:

Haz el bien y evita el mal. No un mal y un bien externos y extraños a nosotros, sino nuestro mejor bien, evitando lo que nos daña: hacer el bien y evitar el mal es una invitación positiva a que cada uno haga de sí mismo el mejor de los proyectos posibles.

Eso son las normas morales, que tienen como fin establecer unos cauces para la que la libertad elija de tal modo que contribuya a los fines y tendencias naturales. La ética estudia cómo y de qué modo son obligatorias las normas morales, y cuáles son en concreto esas normas morales.


Esas normas no se cumplen necesariamente, sino sólo si uno quiere. Pero están ahí porque la realidad humana está ahí, y tiene sus leyes, sus caminos. Y es que el desarrollo de la persona y el logro de sus fines naturales tienen un carácter moral, ético. La ética es algo intrínseco a la persona, a su educación, y a su desarrollo natural. Es el criterio de uso de la libertad.

T1B ORGANIZACIONES HUMANAS. TEORIA DE GRUPOS. SOCIEDAD

La especie humana está conformada por individuos que, por ser seres sociales, han vivido y actuado siempre en grupo.
                                                                                                             
El hombre es un animal político porque necesita relacionarse con los mismos de su especie para su supervivencia. Esta condición dio origen a las relaciones sociales entre los individuos.

Desde los inicios de la humanidad, las actividades fundamentales como la búsqueda de alimentos para sobrevivir, la construcción de refugios para guarecerse o la invención de artefactos e instrumentos, requirió la cooperación inteligente y el esfuerzo compartido de los individuos.

Esa actividad grupal cada vez más compleja generó la necesidad de organizarse socialmente para garantizar la participación más productiva en aras del objetivo de la sobre vivencia. Y la organización social condujo necesariamente a establecer mecanismos de control y de sanción dirigidos a regular el comportamiento colectivo.

Todo grupo social posee normas que regulan la conducta de sus integrantes y mantienen las formas de conducta dentro de ciertos límites. El mero hecho de vivir en comunidad supone que los seres humanos comparten esquemas valorativos de la sociedad a la cual pertenecen. (1)

Cada individuo se enfrenta a la necesidad de adaptarse a la vida social y respetar las normas de la misma, lo cual supone cumplir con una serie de deberes y obligaciones a la vez que poseer un conjunto de derechos y privilegios. Las actitudes y comportamientos de los individuos están orientados por las normas, ideales y valores generales de su grupo social.

Estas normas, ideales y valores rigen determinadas pautas generales de comportamiento y expectativas que tienen relación con la tradición del grupo social. Este proceso se interioriza en la conciencia del individuo de manera imperceptible. Puesto que toda sociedad está interesada en preservar su existencia y desenvolvimiento regular, demanda de los individuos una conciencia ética de manera que cada individuo actúe como se espera que lo haga. Es así como la ética adquiere importancia en la dinámica social.

EL HOMBRE COMO SER SOCIAL. ANARQUÍA Y   DESPOTISMO.

El hombre es un animal político por excelencia. Su comportamiento está determinado por las relaciones con sus semejantes y de éstas depende su supervivencia. Las relaciones determinan al hombre en permanente conflicto con sus semejantes. Los conflictos representan la dinámica de las relaciones entre los individuos.

El hombre no vive aislado, requiere de otros para la satisfacción de sus necesidades. La constante del hombre es la de resolver problemas, necesidades y deseos. Toda su lucha se fundamenta en la búsqueda de soluciones.

Estas relaciones se denominan: RELACIONES SOCIALES y son la base de la configuración de los pueblos. Se dan bajo la forma de nexos de solidaridad (amistad) o de nexos de oposición (enemistad) y de éstos depende la dinámica social.

Las relaciones entre las personas configuran la base de los grupos sociales. Cada individuo aporta su experiencia y conocimiento a la solución de los problemas de su grupo.

Las relaciones sociales se someten a la tendencia egocéntrica y a la desigualdad sico-física de las personas, estas dos condiciones caracterizan su complejidad e influyen en la magnitud de ellas.

Mediante las relaciones, el individuo puede lograr cohesión entre los grupos sociales o puede también generar el caos, porque la búsqueda de objetivos es diferente. Cualquiera sea la condición, la tendencia del hombre es la de lograr estados mejores de beneficio y satisfacción. (2)

Cada grupo tiene en su interior una estructura que le da forma. Cuando dentro de él operan los individuos en forma independiente y cada uno decide su manejo, en forma propia y egoísta, se cae en el concepto de ANARQUÍA, el manejo de todos. No hay autoridad ni poder. La anarquía propugna el aniquilamiento de la organización social. Cada quién manda. Nadie es responsable de nada.

Lalande la define así: “Desorden por ausencia de autoridad organizadora”: "La doctrina metafísica sobre la pretensa libertad moral debe ser históricamente considerada como un resultado pasajero de la anarquía moderna".

Augusto Compte en su Catecismo positivista,  dice que es una “doctrina política y cuyo carácter común consiste en rechazar toda organización de Estado, que se imponga de arriba al individuo”.

Contrario al caos, hay una forma absolutista de manejo, el DESPOTISMO, gobierno de uno solo con el manejo absoluto del poder. Hay una cabeza que imparte las normas y éstas se cumplen. Forma de manejo en el cual el poder se ejerce de manera absoluta y arbitraria y la relación entre el gobernador y el gobernado se puede comparar con la que existe entre el caballero y el esclavo.

El despotismo es un manejo de una autoridad singular, una sola persona o un grupo de personas estrechamente relacionadas, que gobiernan con poder absoluto. Es el abuso del poder o fuerza en el trato con las demás personas.

LA ORGANIZACIÓN SOCIAL COMO ESTRATEGIA DE CONDUCCIÓN.                  

Las relaciones sociales dan origen al concepto de PODER. Los pueblos primitivos cimentaban el poder en el ejercicio de la fuerza física. A mayor fuerza más poder. Con la evolución del conocimiento, a través de la historia del hombre, se generó un nuevo concepto de poder, el de la RAZÓN. Por medio de un proceso complejo el individuo ha estructurado un sistema de poder, el denominado: PODER CIVIL.

El poder es el dominio, facultad y jurisdicción que uno tiene para  mandar o ejecutar una cosa. Es la suprema potestad directora y coactiva de una persona. El concepto de poder está más relacionado con el manejo social de una colectividad que con el manejo de la fuerza física. Es el poder civil quién se encarga del manejo de las relaciones sociales.

Toda acción humana de relación social constituye un poder, de otra manera, una forma de ejercicio del poder. Decimos, también, se hace siempre lo que se puede hacer. Es el poder que uno despliega el resultante de nuestra fuerza y de nuestras posibilidades, las que tenemos y las que nos dan otras personas y las cosas sobre las cuales pretendemos ejercer nuestro poder.

El poder permite la conducción social. Regula las fuerzas caóticas y las somete a un ordenamiento y a la determinación de responsabilidades a quénes lo aplican.

LA NORMA Y LA RESPONSABILIDAD EN LA ORGANIZACIÓN SOCIAL

Dentro de las relaciones sociales se perfilan convicciones comunes en cuestiones de credos, gustos, dirección de la vida privada y otras que se convierten en costumbres.

La costumbre, definida como el hábito adquirido por la repetición de actos de la misma especie, también como el conjunto de cualidades o inclinaciones y usos que forman el carácter distintivo de una persona, genera la NORMA.

La norma representa la línea de conducta en el individuo. Es la regla que se debe seguir o a que se deben ajustar las conductas, tareas, actividades y acciones del hombre.

Como principio, puede decirse: El Hombre debe cumplir las normas. La norma es la regla de obligado cumplimiento.

Su cumplimiento representa el aporte al orden social en que se desenvuelve. La norma imprime un deber y conlleva una responsabilidad. Se fundamenta en la determinación de una solución social.

Las normas sociales juegan un papel muy importante en la creación de condiciones de convivencia pacífica y respeto a la libertad individual en sociedades avanzadas y complejas.

La responsabilidad es la obligación de dar cuenta ante la sociedad por las consecuencias de un hecho o un acto. La responsabilidad social es el compromiso contraí­do por las acciones u omisiones de cualquier individuo o grupo que generen un impacto en la sociedad; pudiendo recaer éstas en una persona, organización, gobierno o empresa.

Dichas acciones suelen traer consigo una valoración positiva o negativa por parte de la comunidad.

La responsabilidad implica el cumplimiento de las obligaciones o cuidado al hacer o decidir algo. Es la obligación de responder ante ciertos actos o errores.

Ser responsable también es tratar de que todos nuestros actos sean realizados de acuerdo con una noción de justicia y de cumplimiento del deber en todos los sentidos. (3)

Los valores son la base de nuestra convivencia social y personal. La responsabilidad es un valor, porque de ella depende la estabilidad de las relaciones personales. La responsabilidad es valiosa, porque es difícil de alcanzar.

El primer paso para poseer la responsabilidad es percatarnos de que todo lo que hagamos, todo compromiso, tiene una consecuencia, depende de nosotros mismos, porque nosotros somos quienes decidimos.

El segundo paso es lograr de manera estable, que nuestros actos correspondan a nuestras promesas; si prometemos “hacer lo correcto” y no lo hacemos, entonces no tenemos responsabilidad.

El tercer paso es educar la responsabilidad e ir corrigiendo lo que no hacemos bien y volver a empezar.

Los retos del mundo actual trascienden todas las fronteras. La generación de conocimiento sitúa al hombre entre la creatividad y la innovación.

Se requiere del conocimiento mutuo y de la propia identidad en las relaciones de amor, respeto legal y moral y estima social. Es un deber tratar igualitariamente a cada persona y demostrar solidaridad y estimar a los demás en su particularidad.

El individuo debe asimilarla y propender por su estricto cumplimiento. Una sociedad sin normas es una sociedad amorfa y débil, una sociedad caótica y con falla en los derechos de las personas.

La norma tiene la fuerza de una obligación hacia el mantenimiento del orden social. Se articula en la estructura de la sociedad misma. Vale el hombre porque cumple a su gente, porque propende por su bienestar. Vale ante la sociedad porque cumple las normas.

Cuando la norma se vuelve obsoleta, porque ya entorpece el avance y el progreso aparece la desobediencia civil. Hay negación del cumplimiento de la norma y se debe revisar la exigencia del cambio.

La fuerza de la norma se circunscribe a la aceptación por consenso. Cuando aquella afecta a un conglomerado social se cae de peso y es necesario su redefinición. El avance cambiante de la civilización exige la revisión de aquella, de la obsolescencia que la aqueja. (4)

La preocupación del hombre es su bienestar y ha aprendido que lo puede lograr a través de la práctica de las costumbres sanas.

De cada acto humano puede hacerse una reflexión que mediante la conciencia pueda ser determinado como agradable. La génesis de la norma se fundamenta en el concepto anterior.

Una condición inherente a la persona es la adopción de elementos que le sean agradables y le produzcan bienestar. Sobre ésta base construye su propia forma de vida y construye esquemas de manejo que circunscriben a un grupo en particular.

Los actos humanos son las manifestaciones de la relación del hombre con su ambiente físico, psíquico y social. Cada uno de aquellos es producto del ser mismo y por esos son de su entera responsabilidad. El hombre tiene la capacidad de decidir cómo actúa y cómo no.

En la configuración de los grupos sociales se dan elementos que identifican a cada uno de sus miembros, a través de sus relaciones sociales se fijan objetivos útiles para el grupo. En la medida de su complejidad va adoptando normas fundamentales que enmarcas su dinámica y comprometen su desarrollo.

Una norma puede ser sancionada o afianzada en dos sentidos: cuando la autoridad superior la valida confirmándola o cuando aquella recibe mayor eficacia por adición de castigos o de estímulos.

La norma es la base de una organización social. Debe ser cumplida por cada uno de sus integrantes. Así quien la cumple se gratifica y vive dentro de un ambiente de respeto y de acatamiento.

La generación de las normas da lugar al concepto de Estado. El acatamiento puede hacerse en forma voluntaria o en forma obligatoria.

GENERADORES DE NECESIDADES

El desarrollo social tiene como finalidad liberar al hombre de la necesidad. Se conocen cinco generadores de necesidades:

Indigencia

La pobreza se refiere a una condición de incapacidad para satisfacer un conjunto interrelacionado de necesidades básicas y que les impide a las personas el alcance pleno de su condición humana.

Para mejorar el estado de pobreza se deben desarrollar las siguientes estrategias:

·        Buscar el crecimiento de la producción de bienes y servicios.
·     Reorientar la inversión pública  hacia los grupos más vulnerables económicamente en cuanto a vivienda, educación, salud y desarrollo social.
·        Redistribuir el ingreso o el consumo.
·        Redistribuir la riqueza.

La indigencia es la falta de bienes económicos. Se distingue de la pobreza en que ésta sólo dice escasez de recursos, y se diferencia de la miseria porque ésta tiene un carácter más absoluto y permanente.

La pobreza es una situación o forma de vida que surge como producto de la imposibilidad de acceso o carencia de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas humanas que inciden en un desgaste del nivel y calidad de vida de las personas, tales como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria o el acceso al agua potable (3).

También se suelen considerar la falta de medios para poder acceder a tales recursos, como el desempleo, la falta de ingresos o un nivel bajo de los mismos.

Lucha Contra la pobreza

La Lucha contra la pobreza abarca tres grandes renglones, ya que:

Primero, los países en vías de desarrollo tienen que embarcarse en estrategias que les ayuden a conseguir el crecimiento económico. Los miembros de gobierno deben  prestar particular atención en áreas de pobreza y desarrollo social mediante el fomento de emprendimientos sociales.

Segundo, los donantes y las agencias internacionales deben apoyar a los países que demuestran determinación en adoptar los retos de los objetivos para el siglo XXI, estructurados en la construcción de una mentalidad colectiva de emprendimiento.

Tercero, las agencias internacionales deben trabajar con países en vías de desarrollo para fortalecerles la capacidad de observar el progreso en los resultados. Esto requerirá asegurar que la infraestructura estadística en países claves sea adecuada para realizar encuestas y analizar los resultados, además de asegurar que hay capacidad para realizar estudios de participación y escuchar estrategias para el aceleramiento del crecimiento económico.

El concepto de desarrollo humano

El proceso de ampliación de las opciones de la gente y el nivel de bienestar que logran, se halla en el centro del concepto de desarrollo humano. Esas opciones no son ni finitas ni estáticas pero independientemente del nivel de desarrollo, las tres opciones esenciales de la gente son: vivir una vida larga y saludable, adquirir conocimientos y tener acceso a los recursos necesarios para tener un nivel decente de vida.

El desarrollo humano no concluye ahí, otras opciones a las que muchas personas asignan gran valor, van desde la libertad política, económica y social hasta las oportunidades para tener una vida creativa y productiva y disfrutar del respeto por sí mismo y de la garantía de los derechos humanos.

Desde el punto de vista económico se define al desarrollo como la "fase de la evolución de un país, caracterizada por el aumento de la renta nacional por habitante". El desarrollo es el proceso hacia el bienestar.

Con estas anotaciones, el desarrollo se comprende como un crecimiento hacia el mejoramiento del nivel de vida, o bienestar de los seres humanos.

Este concepto es un término que en estas últimas décadas ha sido bastante utilizado, no solo en los medios políticos y económicos de casi todos los países del centro o industrializados, sino también en América Latina o países denominados pobres, subdesarrollados o tercer mundistas-, para los cuales este concepto se ha convertido en un término de manejo común (2).

Características del Desarrollo Humano

Elevada capacidad productiva determinada por una compleja estructura de producción industrial, competitiva y rápida en la re-adecuación de su producción.

Elevados niveles de ingreso y consumo per-cápita y bienestar social extendido a la mayor parte de los sectores sociales.

Grado de utilización (y eficiencia en el uso) de las llamadas modernas tecnologías de producción disponible.

Elevado nivel de la población económicamente activa.

Por otra parte, en una revista rigurosamente científica, Jeffrey D. Sachs, director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia, publica un artículo que titula “Vencer a la extrema pobreza no requiere mucho tiempo”.

El autor afirma que “La causa inmediata de la extrema pobreza reside en la carencia de herramientas básicas para alcanzar una productividad adecuada”. La palabra “herramientas” significa, no sólo la maquinaria y el conocimiento necesario para la producción, sino también las deficiencias, o las carencias, de hospitales, medicinas, escuelas y agua potable.

El profesor Sachs afirma que “los países pueden ayudar a los países pobres, incluso a aquellos con instituciones débiles, a disponer de estos medios en muy poco tiempo”, lo que daría lugar a un notable aumento en la productividad, con el lógico incremento de los ingresos familiares y el comienzo de un crecimiento económico, que se alimentaría, en un a fase posterior, por sí mismo (4).

Enfermedad.

La enfermedad, caracterizada por una lesión física, mental o social, genera esquemas endebles de desarrollo. El individuo enfermo no produce y dedica toda su energía en la recuperación de su salud. La enfermedad encierra el deseo de vivir plenamente y compromete la dinámica del grupo social.

La enfermedad es un proceso y el estado consecuente de afección de un ser vivo, caracterizado por una alteración de su estado ontológico de salud. El estado y/o proceso de enfermedad puede ser provocado por diversos factores, tanto intrínsecos como extrínsecos al organismo enfermo: estos factores se denominan noxas (del griego nósos: enfermedad, afección de la salud).

Por definición, existe una sola enfermedad, pero la caracterización e identificación de variados procesos y estados diferentes de la salud, ha llevado a la discriminación de un universo de entidades distintas (entidades nosológicas), muchas de ellas son entendidas estrictamente como enfermedades, pero otras no.

De esta forma, las enfermedades y procesos sucedáneos y análogos, son entendidas como categorías determinadas por la mente humana.

La enfermedad afecta el desarrollo social porque menoscaba el nivel de productividad de la comunidad.

La conceptualización social de la enfermedad, así como de la salud, tiene implicaciones directas en la práctica sanitaria ya que la problemática se visualiza de distinta manera si el análisis se realiza desde el modelo biologista individual o desde las concepciones colectivas de la salud, ya sea comparando distintas sociedades o una misma colectividad en distintos períodos.

El desarrollo social ha sido uno de los pilares de las Naciones Unidas desde su fundación y está estrechamente vinculado con el desarrollo económico. La ONU ha hecho hincapié en el desarrollo social como parte fundamental para garantizar el mejoramiento de la vida de todas las personas.

La ONU ha organizado actividades innovadoras en materia de investigación y acopio sobre datos de población, salud y educación que por primera vez dieron lugar a indicadores confiables a escala mundial. Asimismo ha desplegado diversos esfuerzos para preservar el patrimonio mundial amenazado por los rápidos procesos de cambio.

Las Naciones Unidas sostienen que el desarrollo social en todos sus aspectos es un desafío tanto para los países en desarrollo como para los países desarrollados. Todas las sociedades enfrentan en mayor o menor grado problemas de desempleo, fragmentación social y pobreza persistente.

Asimismo, muchos otros problemas sociales sólo se pueden enfrentar de forma efectiva a través de la cooperación internacional. Como ejemplos de estos problemas podemos mencionar la migración forzosa o el uso indebido de drogas, la delincuencia organizada y la propagación de enfermedades.

Desde la perspectiva del desarrollo humano el consumo de bienes y servicios afecta la vida de las personas y desde ella el consumo se constituye en un medio del desarrollo humano, donde la alimentación, la vivienda, el agua, el saneamiento ambiental, la atención médica y la vestimenta son necesarios para una vida larga y saludable.

Igualmente la seguridad social, la educación, el acceso a la información, el transporte, el acceso a la energía son insumos críticos para la actividad humana.
 
De ahí la importancia de vincular el proceso salud-trabajo-enfermedad con el desarrollo social ya que también se involucran otros aspectos de la vida de las personas que trabajan y los cuales inciden de manera directa en las formas de enfermar y de morir de las poblaciones.(5)

Ignorancia.

La ignorancia, definida como la carencia de conocimiento y capacidad para resolver los problemas, dificulta la buena gestión dentro del conglomerado social al cual se pertenece. El hombre tiene que aplicar conocimiento al conocimiento como única condición de progreso y supervivencia.

Ciertamente, los individuos de cualquier época han mostrado siempre una tendencia a destacar la excepcionalidad de su tiempo, desde la falta de conocimiento y lo han hecho, sin duda, condicionados por el relieve que la proximidad proporciona de los su­cesos vividos, por una actitud ineludible de admiración ante la experiencia sensible y por la percepción de la vivencia propia como un hecho remar­cable, una percepción que ignora el carácter esencialmente monótono y homogéneo de esa sucesión constante de existencias que denominamos la Humanidad.

Esta se desarrolla sobre la experiencia de asimilación de conocimiento como estrategia de supervivencia.

Por el contrario, los saltos cualitativos en las habilidades para manipular el entorno, es decir, en la capacidad humana para dominar la naturaleza, tales como el control del fuego, la invención de la agricultura, el descubrimiento de los metales, la revolución industrial o el surgimiento de las actuales tecnologías de la información, han cambiado de raíz nuestra organización social y nuestra forma de interpretar la realidad.

Realizamos el aprendizaje cultural mayoritariamente por imitación o por enseñanza directa de un congénere. Sin la existencia de formas de comunicación sofisticadas, el mencionado proceso de transmisión de información resultaría extremadamente difícil.

Cualquier innovación en la capacidad para comunicarnos debe tener, ne­cesariamente, una incidencia profunda sobre la cultura y, por extensión, sobre la esencia diferenciadoras de nuestra especie.

La irrupción de una nueva gama de tecnologías destinadas a manipular y transmitir información ha creado un panorama completamente distin­to.

Por un lado, hoy existe a la mayoría de efectos una sola red formada por centenares de millones de conexiones permanentes de alta velocidad y por multitud de dispositivos aptos para proporcionar movilidad, lo cual representa un entramado dotado de unas potencialidades únicas y de una riqueza incomparablemente superior a todo lo que había existido hasta ahora.

En realidad, la elección de los jóvenes no es más que el reflejo de las prio­ridades de la sociedad. Se trata de un buen indicador porque nos muestra tendencias generales que, en algunos casos, aún no han sido expuestas en forma de discursos más explícitos.

Así pues, la falta de interés por estudiar física teórica, u otras materias abstractas, complejas y con escaso recorrido en el mundo laboral, vendría a poner de manifiesto una inclinación colecti­va creciente hacia lo pragmático y un desinterés por el conocimiento como fin en sí mismo.

Y también podríamos pensar, en este caso, que no hay nada de preocupante en todo ello si no fuera porque implica cierta contradicción entre la realidad del mundo en que vivimos y uno de los pocos discursos centrales en estos días donde no abundan los discursos centrales: el de que nos encaminamos hacia una nueva utopía denominada Sociedad del Cono­cimiento.

Sociedad del Conocimiento.

Empecemos, pues, por el principio. El término fue acuñado en 1969 por Peter Drucker para designar una idea concreta y perfectamente delimitado. Drucker, experto en Management empresarial, dedicó un capítulo de su libro La Era de la Disconti­nuidad a «La Sociedad del Conocimiento»

Drucker invirtió la máxima de que «las cosas más útiles, como el conocimiento, no tienen valor de cambio» y estableció la relevan­cia del saber como factor económico de primer orden, es decir, introdujo el conocimiento en la ecuación económica y lo mercantilizó.

Dejó claro, además, que lo relevante desde el punto de vista económico no era su canti­dad o calidad sino su capacidad para generar riqueza, su productividad. Se trataba, sin duda, de un uso restringido de la palabra conocimiento, aunque completamente adecuado al contexto especializado de la teoría económica donde surgen tanto el concepto de Sociedad del Conocimiento como el de Sociedad de la Información (6).

Suciedad.

La suciedad, establecida como la capacidad de rodearse de cosas inútiles que comprometen el sano vivir, produce estados de sensación de abandono e impotencia, en la construcción de ambientes más agradables que permitan aproximarse, con mayor precisión, al disfrute de la realidad.

Se denomina contaminación ambiental a la presencia en el ambiente de cualquier agente (físico, químico o biológico) o bien de una combinación de varios agentes en lugares, formas y concentraciones tales que sean o puedan ser nocivos para la salud, la seguridad o para el bienestar de la población, o bien, que puedan ser perjudiciales para la vida vegetal o animal, o impidan el uso normal de las propiedades y lugares de recreación y goce de los mismos.

A medida que aumenta el poder del hombre sobre la naturaleza y aparecen nuevas necesidades como consecuencia de la vida en sociedad, el medio ambiente que lo rodea se deteriora cada vez más. El comportamiento social del hombre, que lo condujo a comunicarse por medio del lenguaje, que posteriormente formó la cultura humana, le permitió diferenciarse de los demás seres vivos. Pero mientras ellos se adaptan al medio ambiente para sobrevivir, el hombre adapta y modifica ese mismo medio según sus necesidades.

El progreso tecnológico, por una parte y el acelerado crecimiento demográfico, por la otra, producen la alteración del medio, llegando en algunos casos a atentar contra el equilibrio biológico de la Tierra.

No es que exista una incompatibilidad absoluta entre el desarrollo tecnológico, el avance de la civilización y el mantenimiento del equilibrio ecológico, pero es importante que el hombre sepa armonizarlos. Para ello es necesario que proteja los recursos renovables y no renovables y que tome conciencia de que el saneamiento del ambiente es fundamental para la vida sobre el planeta
Ociosidad.

La ociosidad, caracterizada por la carencia de acciones en el tiempo, genera en los individuos una constante búsqueda del quehacer cotidiano. Este afán le está condicionando el logro de la felicidad. El empleo del tiempo, en una forma constructiva, es la base de una sociedad que progresa.

Todas tienen que ver con el componente económico y su solución debe hacer parte de la inversión social de los Estados.

Se llama ocio o tiempo libre que se dedica a actividades que no son ni trabajo, ni tareas domésticas esenciales. Es un tiempo recreativo que se usa a discreción. Es diferente al tiempo dedicado a actividades obligatorias como son comer, dormir, hacer tareas, etc. El ocio es como una actividad realizada para descansar del trabajo.

Debe tener, como toda actividad, un sentido y una identidad, ya que si no tiene sentido es aburrido. La distinción entre las actividades de ocio y las obligatorias no es estricta y depende de cada persona, así estudiar, cocinar o hacer música puede ser ocio para unos y trabajo para otros, pues estas últimas pueden hacerse por placer además de por su utilidad a largo plazo. Al ocio se lo puede emplear en actividades motivadoras y productivas (7).

Como primera aproximación al ocio y desde una concepción economista, el ocio es considerado como un bien de consumo de primera necesidad. Podemos considerar al ocio como medida de tiempo y equivale en realidad al tiempo libre.

En todos los países económicamente desarrollados ha tenido lugar esta reducción del tiempo de trabajo y, consiguientemente, el considerable aumento del tiempo libre, fenómeno que se ha debido a cuatro factores:

·        Menos horas diarias de trabajo.
·        Disminución de los días de trabajo por semana
·        Menos semanas de trabajo al año
·        Menos años de trabajo en una vida completa

En algunos casos cabe considerar al ocio como un trabajo no remunerado (los pasatiempos), como una necesidad del sistema de producción (intervalo en el trabajo para poder conseguir mejores rendimientos) o como un bien abstracto de consumo que se elige en detrimento del aumento del nivel de vida tan bien puede considerarse como instrumento por parte del poder para mantener “ocupado” al hombre y asegurarse de esta forma un control total sobre la población.

Las diferentes funciones del ocio están claras en todas sus vertientes, ya sea en la sicológica, social y económica.

Para muchos la importancia de tener tiempo libre y ocuparlo en actividades que nos ayuden a formarnos como personas, tiene además un carácter preventivo de algunos de los males que aquejan a la sociedad: depresión, soledad, aislamiento, enfermedades por sedentarismo, enfermedades crónicas, etc.

Esto hace que el tiempo libre hoy en día sea una reivindicación de todas las clases sociales y de todos los grupos de edad solicitando un mayor tiempo de recreo, donde cultivar el cuerpo, la mente y el espíritu.

Los sicólogos además no muestran un nuevo punto de vista, el en el cual el ocio se conforma como una actitud, un comportamiento, algo que tiene lugar durante el tiempo libre y que no importa tanto lo que se haga sino el como se haga, el ocio es una forma de utilizar el tiempo libre mediante una ocupación libremente elegida y realizada cuyo mismo desarrollo resulta satisfactorio o placentero para el individuo (8).

Hoy en día, el ocio es una industria organizada en la cual, la inversión y el negocio son sus ingredientes básicos, muchos estudios nos llevan pensar en el tiempo de ocio como un tiempo de consumición, es decir, el consumismo en esta sociedad se convierte en la actividad mas realiza en el tiempo libre.

La recreación comunitaria se evidencia como una propuesta novedosa para dinamizar el desarrollo de nuestra Ciudad, la cual responde a los objetivos de justicia social y cultura ciudadana.

Como tal se propone fomentar una cultura de desarrollo integral y sostenible en el ámbito barrial, para lo cual se trabaja en la capacitación de organizaciones barriales para la elaboración y ejecución de planes, actividades y programas comunitarios.

La Recreación Comunitaria plantea una serie de actividades secuenciales que con una visión de largo plazo se organiza voluntariamente con la intención de mejorar su calidad de vida para así lograr de manera integral el bienestar humano y el bienestar de su entorno.

Los individuos se planifican su tiempo libre según su conveniencia pero si son orientados sobre mejores opciones van a tener la posibilidad de ampliar sus opciones, el tiempo libre es el momento en el que el ser humano puede ejercer su libertad de elección para la acción participativa según sus intereses y necesidades, es, aquella parte del tiempo que no se trabaja y que queda después de descontadas todas las inversiones de tiempo utilitario (9).