La especie humana está conformada por
individuos que, por ser seres sociales, han vivido y actuado siempre en grupo.
El hombre es un animal político porque
necesita relacionarse con los mismos de su especie para su supervivencia. Esta
condición dio origen a las relaciones sociales entre los individuos.
Desde los inicios de la humanidad, las
actividades fundamentales como la búsqueda de alimentos para sobrevivir, la
construcción de refugios para guarecerse o la invención de artefactos e
instrumentos, requirió la cooperación inteligente y el esfuerzo compartido de
los individuos.
Esa actividad grupal cada vez más compleja
generó la necesidad de organizarse socialmente para garantizar la participación
más productiva en aras del objetivo de la sobre vivencia. Y la organización
social condujo necesariamente a establecer mecanismos de control y de sanción
dirigidos a regular el comportamiento colectivo.
Todo grupo social posee normas que regulan la
conducta de sus integrantes y mantienen las formas de conducta dentro de
ciertos límites. El mero hecho de vivir en comunidad supone que los seres
humanos comparten esquemas valorativos de la sociedad a la cual pertenecen. (1)
Cada individuo se enfrenta a la necesidad de
adaptarse a la vida social y respetar las normas de la misma, lo cual supone
cumplir con una serie de deberes y obligaciones a la vez que poseer un conjunto
de derechos y privilegios. Las actitudes y comportamientos de los individuos
están orientados por las normas, ideales y valores generales de su grupo
social.
Estas normas, ideales y valores rigen
determinadas pautas generales de comportamiento y expectativas que tienen
relación con la tradición del grupo social. Este proceso se interioriza en la
conciencia del individuo de manera imperceptible. Puesto que toda sociedad está
interesada en preservar su existencia y desenvolvimiento regular, demanda de
los individuos una conciencia ética de manera que cada individuo actúe como se
espera que lo haga. Es así como la ética adquiere importancia en la dinámica social.
EL HOMBRE COMO SER SOCIAL. ANARQUÍA Y DESPOTISMO.
El hombre es un animal político por excelencia.
Su comportamiento está determinado por las relaciones con sus semejantes y de
éstas depende su supervivencia. Las relaciones determinan al hombre en permanente
conflicto con sus semejantes. Los conflictos representan la dinámica de las
relaciones entre los individuos.
El hombre no vive aislado, requiere de otros
para la satisfacción de sus necesidades. La constante del hombre es la de
resolver problemas, necesidades y deseos. Toda su lucha se fundamenta en la
búsqueda de soluciones.
Estas relaciones se denominan: RELACIONES
SOCIALES y son la base de la configuración de los pueblos. Se dan bajo la forma
de nexos de solidaridad (amistad) o de nexos de oposición (enemistad) y de
éstos depende la dinámica social.
Las relaciones entre las personas configuran
la base de los grupos sociales. Cada individuo aporta su experiencia y
conocimiento a la solución de los problemas de su grupo.
Las relaciones sociales se someten a la
tendencia egocéntrica y a la desigualdad sico-física de las personas, estas dos
condiciones caracterizan su complejidad e influyen en la magnitud de ellas.
Mediante las relaciones, el individuo puede
lograr cohesión entre los grupos sociales o puede también generar el caos,
porque la búsqueda de objetivos es diferente. Cualquiera sea la condición, la
tendencia del hombre es la de lograr estados mejores de beneficio y satisfacción.
(2)
Cada grupo tiene en su interior una estructura
que le da forma. Cuando dentro de él operan los individuos en forma independiente
y cada uno decide su manejo, en forma propia y egoísta, se cae en el concepto
de ANARQUÍA, el manejo de todos. No hay autoridad ni poder. La anarquía
propugna el aniquilamiento de la organización social. Cada quién manda. Nadie
es responsable de nada.
Lalande la define así: “Desorden por ausencia
de autoridad organizadora”: "La doctrina metafísica sobre la pretensa
libertad moral debe ser históricamente considerada como un resultado pasajero
de la anarquía moderna".
Augusto Compte en su Catecismo positivista, dice que es una “doctrina política y cuyo
carácter común consiste en rechazar toda organización de Estado, que se imponga
de arriba al individuo”.
Contrario al caos, hay una forma absolutista
de manejo, el DESPOTISMO, gobierno de uno solo con el manejo absoluto del
poder. Hay una cabeza que imparte las normas y éstas se cumplen. Forma de
manejo en el cual el poder se ejerce de manera absoluta y arbitraria y la
relación entre el gobernador y el gobernado se puede comparar con la que existe
entre el caballero y el esclavo.
El despotismo es un manejo de una autoridad
singular, una sola persona o un grupo de personas estrechamente relacionadas,
que gobiernan con poder absoluto. Es el abuso del poder o fuerza en el trato
con las demás personas.
Las relaciones sociales dan origen al
concepto de PODER. Los pueblos primitivos cimentaban el poder en el ejercicio
de la fuerza física. A mayor fuerza más poder. Con la evolución del conocimiento,
a través de la historia del hombre, se generó un nuevo concepto de poder, el de
la RAZÓN. Por
medio de un proceso complejo el individuo ha estructurado un sistema de poder,
el denominado: PODER CIVIL.
El poder es el dominio, facultad y jurisdicción
que uno tiene para mandar o ejecutar una
cosa. Es la suprema potestad directora y coactiva de una persona. El concepto
de poder está más relacionado con el manejo social de una colectividad que con
el manejo de la fuerza física. Es el poder civil quién se encarga del manejo de
las relaciones sociales.
Toda
acción humana de relación social constituye un poder, de otra manera, una forma
de ejercicio del poder. Decimos, también, se hace siempre lo que se puede
hacer. Es el poder que uno despliega el resultante de nuestra fuerza y de nuestras
posibilidades, las que tenemos y las que nos dan otras personas y las cosas
sobre las cuales pretendemos ejercer nuestro poder.
El
poder permite la conducción social. Regula las fuerzas caóticas y las somete a
un ordenamiento y a la determinación de responsabilidades a quénes lo aplican.
Dentro de las relaciones sociales se perfilan
convicciones comunes en cuestiones de credos, gustos, dirección de la vida
privada y otras que se convierten en costumbres.
La costumbre, definida como el hábito
adquirido por la repetición de actos de la misma especie, también como el conjunto
de cualidades o inclinaciones y usos que forman el carácter distintivo de una
persona, genera la NORMA.
La norma representa la línea de conducta en
el individuo. Es la regla que se debe seguir o a que se deben ajustar las
conductas, tareas, actividades y acciones del hombre.
Como principio, puede decirse: El Hombre debe
cumplir las normas. La norma es la regla de obligado cumplimiento.
Su cumplimiento representa el aporte al orden
social en que se desenvuelve. La norma imprime un deber y conlleva una
responsabilidad. Se fundamenta en la determinación de una solución social.
Las normas sociales juegan un papel muy
importante en la creación de condiciones de convivencia pacífica y respeto a la
libertad individual en sociedades avanzadas y complejas.
La responsabilidad es la obligación de dar
cuenta ante la sociedad por las consecuencias de un hecho o un acto. La responsabilidad social es el
compromiso contraído por las acciones u omisiones de cualquier individuo o
grupo que generen un impacto en la sociedad; pudiendo recaer éstas en una
persona, organización, gobierno o empresa.
Dichas acciones suelen traer consigo una
valoración positiva o negativa por parte de la comunidad.
La responsabilidad implica el cumplimiento de
las obligaciones o cuidado al hacer o decidir algo. Es la obligación de
responder ante ciertos actos o errores.
Ser responsable también es tratar de que
todos nuestros actos sean realizados de acuerdo con una noción de justicia y de
cumplimiento del deber en todos los sentidos. (3)
Los valores son la base de nuestra convivencia social y personal. La responsabilidad es un valor, porque de ella depende la estabilidad de las relaciones personales. La responsabilidad es valiosa, porque es difícil de alcanzar.
El primer paso para poseer la responsabilidad
es percatarnos de que todo lo que hagamos, todo compromiso, tiene una
consecuencia, depende de nosotros mismos, porque nosotros somos quienes
decidimos.
El segundo paso es lograr de manera estable,
que nuestros actos correspondan a nuestras promesas; si prometemos “hacer lo
correcto” y no lo hacemos, entonces no tenemos responsabilidad.
El tercer paso es educar la responsabilidad e
ir corrigiendo lo que no hacemos bien y volver a empezar.
Los retos del mundo actual trascienden todas
las fronteras. La generación de conocimiento sitúa al hombre entre la creatividad
y la innovación.
Se requiere del conocimiento mutuo y de la
propia identidad en las relaciones de amor, respeto legal y moral y estima social.
Es un deber tratar igualitariamente a cada persona y demostrar solidaridad y
estimar a los demás en su particularidad.
El individuo debe asimilarla y propender por
su estricto cumplimiento. Una sociedad sin normas es una sociedad amorfa y
débil, una sociedad caótica y con falla en los derechos de las personas.
La norma tiene la fuerza de una obligación
hacia el mantenimiento del orden social. Se articula en la estructura de la
sociedad misma. Vale el hombre porque cumple a su gente, porque propende por su
bienestar. Vale ante la sociedad porque cumple las normas.
Cuando la norma se vuelve obsoleta, porque ya
entorpece el avance y el progreso aparece la desobediencia civil. Hay negación
del cumplimiento de la norma y se debe revisar la exigencia del cambio.
La fuerza de la norma se circunscribe a la aceptación
por consenso. Cuando aquella afecta a un conglomerado social se cae de peso y
es necesario su redefinición. El avance cambiante de la civilización exige la
revisión de aquella, de la obsolescencia que la aqueja. (4)
La preocupación del hombre es su bienestar y
ha aprendido que lo puede lograr a través de la práctica de las costumbres
sanas.
De cada acto humano puede hacerse una
reflexión que mediante la conciencia pueda ser determinado como agradable. La
génesis de la norma se fundamenta en el concepto anterior.
Una condición inherente a la persona es la
adopción de elementos que le sean agradables y le produzcan bienestar. Sobre
ésta base construye su propia forma de vida y construye esquemas de manejo que
circunscriben a un grupo en particular.
Los actos humanos son las manifestaciones de
la relación del hombre con su ambiente físico, psíquico y social. Cada uno de
aquellos es producto del ser mismo y por esos son de su entera responsabilidad.
El hombre tiene la capacidad de decidir cómo actúa y cómo no.
En la configuración de los grupos sociales se
dan elementos que identifican a cada uno de sus miembros, a través de sus
relaciones sociales se fijan objetivos útiles para el grupo. En la medida de su
complejidad va adoptando normas fundamentales que enmarcas su dinámica y
comprometen su desarrollo.
Una norma puede ser sancionada o afianzada en
dos sentidos: cuando la autoridad superior la valida confirmándola o cuando
aquella recibe mayor eficacia por adición de castigos o de estímulos.
La norma es la base de una organización
social. Debe ser cumplida por cada uno de sus integrantes. Así quien la cumple
se gratifica y vive dentro de un ambiente de respeto y de acatamiento.
La generación de las normas da lugar al
concepto de Estado. El acatamiento puede hacerse en forma voluntaria o en forma
obligatoria.
GENERADORES DE NECESIDADES
El desarrollo social
tiene como finalidad liberar al hombre de la necesidad. Se conocen cinco
generadores de necesidades:
Indigencia
La pobreza se refiere
a una condición de incapacidad para satisfacer un conjunto interrelacionado de
necesidades básicas y que les impide a las personas el alcance pleno de su
condición humana.
Para mejorar el
estado de pobreza se deben desarrollar las siguientes estrategias:
·
Buscar
el crecimiento de la producción de bienes y servicios.
· Reorientar
la inversión pública hacia los grupos
más vulnerables económicamente en cuanto a vivienda, educación, salud y desarrollo
social.
·
Redistribuir
el ingreso o el consumo.
·
Redistribuir
la riqueza.
La indigencia es la
falta de bienes económicos. Se distingue de la pobreza en que ésta sólo dice
escasez de recursos, y se diferencia de la miseria porque ésta tiene un
carácter más absoluto y permanente.
La pobreza es una
situación o forma de vida que surge como producto de la imposibilidad de acceso
o carencia de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y psíquicas
básicas humanas que inciden en un desgaste del nivel y calidad de vida de las
personas, tales como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia
sanitaria o el acceso al agua potable (3).
También se suelen
considerar la falta de medios para poder acceder a tales recursos, como el
desempleo, la falta de ingresos o un nivel bajo de los mismos.
Lucha Contra la pobreza
Primero, los países en vías de desarrollo tienen que embarcarse en estrategias que les ayuden a conseguir el crecimiento económico. Los miembros de gobierno deben prestar particular atención en áreas de pobreza y desarrollo social mediante el fomento de emprendimientos sociales.
Segundo, los donantes y las agencias internacionales deben apoyar a los países que demuestran determinación en adoptar los retos de los objetivos para el siglo XXI, estructurados en la construcción de una mentalidad colectiva de emprendimiento.
Tercero, las agencias
internacionales deben trabajar con países en vías de desarrollo para
fortalecerles la capacidad de observar el progreso en los resultados. Esto requerirá
asegurar que la infraestructura estadística en países claves sea adecuada para
realizar encuestas y analizar los resultados, además de asegurar que hay
capacidad para realizar estudios de participación y escuchar estrategias para
el aceleramiento del crecimiento económico.
El concepto de
desarrollo humano
El proceso de ampliación de las opciones de la gente y el nivel de bienestar que logran, se halla en el centro del concepto de desarrollo humano. Esas opciones no son ni finitas ni estáticas pero independientemente del nivel de desarrollo, las tres opciones esenciales de la gente son: vivir una vida larga y saludable, adquirir conocimientos y tener acceso a los recursos necesarios para tener un nivel decente de vida.
El desarrollo humano
no concluye ahí, otras opciones a las que muchas personas asignan gran valor,
van desde la libertad política, económica y social hasta las oportunidades para
tener una vida creativa y productiva y disfrutar del respeto por sí mismo y de
la garantía de los derechos humanos.
Desde el punto de
vista económico se define al desarrollo como la "fase de la evolución de
un país, caracterizada por el aumento de la renta nacional por habitante".
El desarrollo es el proceso hacia el bienestar.
Con estas anotaciones, el desarrollo se comprende como un crecimiento hacia el mejoramiento del nivel de vida, o bienestar de los seres humanos.
Este concepto es un
término que en estas últimas décadas ha sido bastante utilizado, no solo en los
medios políticos y económicos de casi todos los países del centro o
industrializados, sino también en América Latina o países denominados pobres,
subdesarrollados o tercer mundistas-, para los cuales este concepto se ha
convertido en un término de manejo común (2).
Características del
Desarrollo Humano
Elevada capacidad
productiva determinada por una compleja estructura de producción industrial,
competitiva y rápida en la re-adecuación de su producción.
Elevados niveles de
ingreso y consumo per-cápita y bienestar social extendido a la mayor parte de
los sectores sociales.
Grado de utilización
(y eficiencia en el uso) de las llamadas modernas tecnologías de producción
disponible.
Elevado nivel de la
población económicamente activa.
Por otra parte, en
una revista rigurosamente científica, Jeffrey D. Sachs, director del Instituto
de la Tierra
de la Universidad
de Columbia, publica un artículo que titula “Vencer a la extrema pobreza no
requiere mucho tiempo”.
El autor afirma que
“La causa inmediata de la extrema pobreza reside en la carencia de herramientas
básicas para alcanzar una productividad adecuada”. La palabra “herramientas”
significa, no sólo la maquinaria y el conocimiento necesario para la
producción, sino también las deficiencias, o las carencias, de hospitales,
medicinas, escuelas y agua potable.
El profesor Sachs
afirma que “los países pueden ayudar a los países pobres, incluso a aquellos
con instituciones débiles, a disponer de estos medios en muy poco tiempo”, lo
que daría lugar a un notable aumento en la productividad, con el lógico
incremento de los ingresos familiares y el comienzo de un crecimiento
económico, que se alimentaría, en un a fase posterior, por sí mismo (4).
Enfermedad.
La enfermedad,
caracterizada por una lesión física, mental o social, genera esquemas endebles
de desarrollo. El individuo enfermo no produce y dedica toda su energía en la
recuperación de su salud. La enfermedad encierra el deseo de vivir plenamente y
compromete la dinámica del grupo social.
La enfermedad es un
proceso y el estado consecuente de afección de un ser vivo, caracterizado por
una alteración de su estado ontológico de salud. El estado y/o proceso de
enfermedad puede ser provocado por diversos factores, tanto intrínsecos como
extrínsecos al organismo enfermo: estos factores se denominan noxas (del griego
nósos: enfermedad, afección de la salud).
Por definición,
existe una sola enfermedad, pero la caracterización e identificación de
variados procesos y estados diferentes de la salud, ha llevado a la
discriminación de un universo de entidades distintas (entidades nosológicas),
muchas de ellas son entendidas estrictamente como enfermedades, pero otras no.
De esta forma, las
enfermedades y procesos sucedáneos y análogos, son entendidas como categorías
determinadas por la mente humana.
La enfermedad afecta
el desarrollo social porque menoscaba el nivel de productividad de la
comunidad.
La conceptualización
social de la enfermedad, así como de la salud, tiene implicaciones directas en
la práctica sanitaria ya que la problemática se visualiza de distinta manera si
el análisis se realiza desde el modelo biologista individual o desde las
concepciones colectivas de la salud, ya sea comparando distintas sociedades o
una misma colectividad en distintos períodos.
El desarrollo social
ha sido uno de los pilares de las Naciones Unidas desde su fundación y está
estrechamente vinculado con el desarrollo económico. La ONU ha hecho hincapié en el
desarrollo social como parte fundamental para garantizar el mejoramiento de la
vida de todas las personas.
Las Naciones Unidas
sostienen que el desarrollo social en todos sus aspectos es un desafío tanto
para los países en desarrollo como para los países desarrollados. Todas las
sociedades enfrentan en mayor o menor grado problemas de desempleo,
fragmentación social y pobreza persistente.
Asimismo, muchos
otros problemas sociales sólo se pueden enfrentar de forma efectiva a través de
la cooperación internacional. Como ejemplos de estos problemas podemos
mencionar la migración forzosa o el uso indebido de drogas, la delincuencia
organizada y la propagación de enfermedades.
Desde la perspectiva
del desarrollo humano el consumo de bienes y servicios afecta la vida de las
personas y desde ella el consumo se constituye en un medio del desarrollo
humano, donde la alimentación, la vivienda, el agua, el saneamiento ambiental,
la atención médica y la vestimenta son necesarios para una vida larga y
saludable.
Igualmente la
seguridad social, la educación, el acceso a la información, el transporte, el
acceso a la energía son insumos críticos para la actividad humana.
De ahí la importancia
de vincular el proceso salud-trabajo-enfermedad con el desarrollo social ya que
también se involucran otros aspectos de la vida de las personas que trabajan y
los cuales inciden de manera directa en las formas de enfermar y de morir de
las poblaciones.(5)
Ignorancia.
La ignorancia,
definida como la carencia de conocimiento y capacidad para resolver los
problemas, dificulta la buena gestión dentro del conglomerado social al cual se
pertenece. El hombre tiene que aplicar conocimiento al conocimiento como única
condición de progreso y supervivencia.
Ciertamente, los
individuos de cualquier época han mostrado siempre una tendencia a destacar la
excepcionalidad de su tiempo, desde la falta de conocimiento y lo han hecho,
sin duda, condicionados por el relieve que la proximidad proporciona de los sucesos
vividos, por una actitud ineludible de admiración ante la experiencia sensible
y por la percepción de la vivencia propia como un hecho remarcable, una
percepción que ignora el carácter esencialmente monótono y homogéneo de esa
sucesión constante de existencias que denominamos la Humanidad.
Esta se desarrolla
sobre la experiencia de asimilación de conocimiento como estrategia de
supervivencia.
Por el contrario, los
saltos cualitativos en las habilidades para manipular el entorno, es decir, en
la capacidad humana para dominar la naturaleza, tales como el control del fuego,
la invención de la agricultura, el descubrimiento de los metales, la revolución
industrial o el surgimiento de las actuales tecnologías de la información, han
cambiado de raíz nuestra organización social y nuestra forma de interpretar la
realidad.
Realizamos el
aprendizaje cultural mayoritariamente por imitación o por enseñanza directa de
un congénere. Sin la existencia de formas de comunicación sofisticadas, el
mencionado proceso de transmisión de información resultaría extremadamente
difícil.
Cualquier innovación
en la capacidad para comunicarnos debe tener, necesariamente, una incidencia
profunda sobre la cultura y, por extensión, sobre la esencia diferenciadoras de
nuestra especie.
La irrupción de una
nueva gama de tecnologías destinadas a manipular y transmitir información ha
creado un panorama completamente distinto.
Por un lado, hoy
existe a la mayoría de efectos una sola red formada por centenares de millones
de conexiones permanentes de alta velocidad y por multitud de dispositivos aptos
para proporcionar movilidad, lo cual representa un entramado dotado de unas
potencialidades únicas y de una riqueza incomparablemente superior a todo lo
que había existido hasta ahora.
En realidad, la
elección de los jóvenes no es más que el reflejo de las prioridades de la
sociedad. Se trata de un buen indicador porque nos muestra tendencias generales
que, en algunos casos, aún no han sido expuestas en forma de discursos más explícitos.
Así pues, la falta de
interés por estudiar física teórica, u otras materias abstractas, complejas y
con escaso recorrido en el mundo laboral, vendría a poner de manifiesto una
inclinación colectiva creciente hacia lo pragmático y un desinterés por el
conocimiento como fin en sí mismo.
Y también podríamos
pensar, en este caso, que no hay nada de preocupante en todo ello si no fuera
porque implica cierta contradicción entre la realidad del mundo en que vivimos
y uno de los pocos discursos centrales en estos días donde no abundan los
discursos centrales: el de que nos encaminamos hacia una nueva utopía
denominada Sociedad del Conocimiento.
Sociedad del Conocimiento.
Empecemos, pues, por
el principio. El término fue acuñado en 1969 por Peter Drucker para designar
una idea concreta y perfectamente delimitado. Drucker, experto en Management
empresarial, dedicó un capítulo de su libro La Era de la Disconti nuidad a «La Sociedad del
Conocimiento»
Drucker invirtió la
máxima de que «las cosas más útiles, como el conocimiento, no tienen valor de
cambio» y estableció la relevancia del saber como factor económico de primer
orden, es decir, introdujo el conocimiento en la ecuación económica y lo
mercantilizó.
Dejó claro, además,
que lo relevante desde el punto de vista económico no era su cantidad o
calidad sino su capacidad para generar riqueza, su productividad. Se trataba,
sin duda, de un uso restringido de la palabra conocimiento, aunque
completamente adecuado al contexto especializado de la teoría económica donde
surgen tanto el concepto de Sociedad del Conocimiento como el de Sociedad de la Información (6).
Suciedad.
La suciedad,
establecida como la capacidad de rodearse de cosas inútiles que comprometen el
sano vivir, produce estados de sensación de abandono e impotencia, en la
construcción de ambientes más agradables que permitan aproximarse, con mayor
precisión, al disfrute de la realidad.
Se denomina
contaminación ambiental a la presencia en el ambiente de cualquier agente
(físico, químico o biológico) o bien de una combinación de varios agentes en
lugares, formas y concentraciones tales que sean o puedan ser nocivos para la
salud, la seguridad o para el bienestar de la población, o bien, que puedan ser
perjudiciales para la vida vegetal o animal, o impidan el uso normal de las
propiedades y lugares de recreación y goce de los mismos.
A medida que aumenta
el poder del hombre sobre la naturaleza y aparecen nuevas necesidades como
consecuencia de la vida en sociedad, el medio ambiente que lo rodea se
deteriora cada vez más. El comportamiento social del hombre, que lo condujo a
comunicarse por medio del lenguaje, que posteriormente formó la cultura humana,
le permitió diferenciarse de los demás seres vivos. Pero mientras ellos se
adaptan al medio ambiente para sobrevivir, el hombre adapta y modifica ese
mismo medio según sus necesidades.
El progreso
tecnológico, por una parte y el acelerado crecimiento demográfico, por la otra,
producen la alteración del medio, llegando en algunos casos a atentar contra el
equilibrio biológico de la
Tierra.
No es que exista una
incompatibilidad absoluta entre el desarrollo tecnológico, el avance de la
civilización y el mantenimiento del equilibrio ecológico, pero es importante
que el hombre sepa armonizarlos. Para ello es necesario que proteja los
recursos renovables y no renovables y que tome conciencia de que el saneamiento
del ambiente es fundamental para la vida sobre el planeta
Ociosidad.
La ociosidad,
caracterizada por la carencia de acciones en el tiempo, genera en los individuos
una constante búsqueda del quehacer cotidiano. Este afán le está condicionando
el logro de la felicidad. El empleo del tiempo, en una forma constructiva, es
la base de una sociedad que progresa.
Todas tienen que ver
con el componente económico y su solución debe hacer parte de la inversión
social de los Estados.
Se
llama ocio o tiempo libre que se dedica a actividades que
no son ni trabajo, ni tareas domésticas esenciales. Es un tiempo recreativo que
se usa a discreción. Es diferente al tiempo dedicado a actividades obligatorias
como son comer, dormir, hacer tareas, etc. El ocio es como una actividad
realizada para descansar del trabajo.
Debe tener, como toda
actividad, un sentido y una identidad, ya que si no tiene sentido es aburrido.
La distinción entre las actividades de ocio y las obligatorias no es estricta y
depende de cada persona, así estudiar, cocinar o hacer música puede ser ocio
para unos y trabajo para otros, pues estas últimas pueden hacerse por placer
además de por su utilidad a largo plazo. Al ocio se lo puede emplear en
actividades motivadoras y productivas (7).
Como primera
aproximación al ocio y desde una concepción economista, el ocio es considerado
como un bien de consumo de primera necesidad. Podemos considerar al ocio como
medida de tiempo y equivale en realidad al tiempo libre.
En todos los países
económicamente desarrollados ha tenido lugar esta reducción del tiempo de
trabajo y, consiguientemente, el considerable aumento del tiempo libre, fenómeno
que se ha debido a cuatro factores:
·
Menos
horas diarias de trabajo.
·
Disminución
de los días de trabajo por semana
·
Menos
semanas de trabajo al año
·
Menos
años de trabajo en una vida completa
En algunos casos cabe
considerar al ocio como un trabajo no remunerado (los pasatiempos), como una
necesidad del sistema de producción (intervalo en el trabajo para poder
conseguir mejores rendimientos) o como un bien abstracto de consumo que se
elige en detrimento del aumento del nivel de vida tan bien puede considerarse
como instrumento por parte del poder para mantener “ocupado” al hombre y asegurarse
de esta forma un control total sobre la población.
Las diferentes
funciones del ocio están claras en todas sus vertientes, ya sea en
la sicológica, social y económica.
Para muchos la
importancia de tener tiempo libre y ocuparlo en actividades que nos ayuden a
formarnos como personas, tiene además un carácter preventivo de algunos de los
males que aquejan a la sociedad: depresión, soledad, aislamiento, enfermedades
por sedentarismo, enfermedades crónicas, etc.
Esto hace que el
tiempo libre hoy en día sea una reivindicación de todas las clases sociales y
de todos los grupos de edad solicitando un mayor tiempo de recreo, donde
cultivar el cuerpo, la mente y el espíritu.
Los sicólogos además
no muestran un nuevo punto de vista, el en el cual el ocio se conforma como una
actitud, un comportamiento, algo que tiene lugar durante el tiempo libre y que
no importa tanto lo que se haga sino el como se haga, el ocio es una forma de
utilizar el tiempo libre mediante una ocupación libremente elegida y realizada
cuyo mismo desarrollo resulta satisfactorio o placentero para el individuo (8).
Hoy en día, el ocio
es una industria organizada en la cual, la inversión y el negocio son sus
ingredientes básicos, muchos estudios nos llevan pensar en el tiempo de ocio como
un tiempo de consumición, es decir, el consumismo en esta sociedad se convierte
en la actividad mas realiza en el tiempo libre.
La recreación
comunitaria se evidencia como una propuesta novedosa para dinamizar el
desarrollo de nuestra Ciudad, la cual responde a los objetivos de justicia
social y cultura ciudadana.
Como tal se propone
fomentar una cultura de desarrollo integral y sostenible en el ámbito barrial,
para lo cual se trabaja en la capacitación de organizaciones barriales para la
elaboración y ejecución de planes, actividades y programas comunitarios.
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