GENOMA HUMANO
El ser humano no es una cosa de usar y
tirar. Es preciso poner límites a nuestra capacidad de experimentación,
conocimientos y abuso de poder. La vida no debe ser tratada como producto
industrial. No somos dueños de la vida y de la muerte.
Cada ser humano ha de venir al mundo por derecho
propio y no para ser utilizado como medicamento o destruido como
mero producto de desecho. Tampoco debemos juzgar ni herir a nadie. Pero
es necesario informarnos para saber el alcance de determinadas
actuaciones. No se trata de encasillar la ciencia o los avances técnicos, sino
de defender la dignidad de la persona.
Nos encontramos en una sociedad en donde llaman
libertad a una vida programada, manipulada, superficial, encauzada dentro del
marco de sus interesadas leyes, costumbres e intereses. Uno de los pilares que
sustentan el actual Sistema es el control, muy sutil en algunos casos y no
tanto en otros.
De un modo u otro, el elevado grado de control
mental que el Poder ha logrado ejercer sobre las personas es, por lo menos,
preocupante y alarmante. El “pensamiento único” se extiende, aparentemente sin
oposición, los intereses capitalistas parecen confundirse cada vez más con los
intereses de la humanidad.
El control es cada vez más amplio y abarca tanto
el ámbito privado o individual como el social. Si no se hace nada para
evitarlo, si no se es consciente de ello, “los valores del sistema” se imponen,
se instalan en la mente, en la percepción y en el sentir, en el criterio…
anulando toda muestra de sentido crítico. Y en el peor de los casos, el
“Sistema” u “orden social establecido” llega a predeterminar y dirigir nuestras
vidas. (1)
(1)
http://www.proyectopv.org/1-verdad/manipulacion.htm
Todos los avances científicos son siempre
importantes, pero pocos han suscitado la relevancia que tuvo el descubrimiento
y final comprensión del genoma humano. El genoma humano es, en otras palabras,
la información contenida en los cromosomas, que hacen que el ser humano sea
como es y que se pueda diferenciar de otros seres vivos.
El genoma humano es lo que da identidad a cada uno de nosotros y tiene que ver
con nuestra historia genética así como también con rasgos físicos y
psicológicos que puedan estar determinados de ante mano. Obviamente, el
conocimiento del genoma humano es
un paso fundamental para terminar de conocer exactamente cómo se constituye un
ser humano desde el punto de vista biológico y genético.
Para comprender mejor la importancia del genoma humano, podemos decir que cada uno de nosotros cuenta con genes que son transmitidos por nuestros antecesores. Esta información queda guardada en nuestros cromosomas. Ellos son los responsables de almacenar esta información y determinar así cuestiones como el sexo, el color de ojos, el tipo de pelo, el tipo de piel, la composición de nuestros órganos, posibles enfermedades o complicaciones hereditarias, nuestra adaptación al medio ambiente, etc. Esta información genética también se conoce como ADN. Si bien nos permite diferenciarnos uno de otro, también nos permite establecer reglas básicas del ser humano que lo diferencian del resto de los seres vivos.
Toda esta
información muestra una relevancia magnífica en lo que respecta al trabajo de
la ciencia. Así, a partir del descubrimiento o del poder completar finalmente
la secuencia del genoma humano, los científicos pueden comenzar a desarrollar
numerosos trabajos e investigaciones que tienen que ver con la conformación de
ese genoma, la forma en la que el ser humano se conforma como ser único,
posibles soluciones o tratamientos a enfermedades o complicaciones, etc. (2)
(2)
http://www.importancia.org/genoma-humano.php#ixzz2cFFZQVD7
El proyecto del Genoma
representa todo lo que, para bien o para mal, es posible hacer en el ámbito de
la manipulación genética y la eugenesia suscita temores fundados en tristes
experiencias del pasado. Si comparamos cada célula humana con el
globo terráqueo, cada cromosoma con un país determinado, cada gen con una
ciudad y cada persona con un nucleótido, podemos imaginar en alguna medida la
envergadura del proyecto genoma humano.
El genoma humano es un complicado
complejo de instrucciones agrupadas en unidades de información, que son los
genes, los cuales en su conjunto forman los cromosomas, pequeños filamentos
situados en los núcleos de nuestro organismo. Por otra parte,
se calcula que en el cuerpo de la persona adulta puede haber desde 75 billones
a 50 trillones de células y que el genoma humano está compuesto por 3.000
millones de unidades fundamentales de información denominada bases o
nucleótidos.
La secuencia específica de esas bases
da lugar a los genes que son los determinantes en todas las características del
cuerpo humano. El genoma humano contiene de cuarenta mil a cien mil
genes, los cuales, a su vez, se agrupan para formar veintitrés pares de
moléculas de ácido desoxirribonucleico (ADN), llamados cromosomas.
En nuestro genoma estarían codificadas todas las alteraciones y enfermedades
que podríamos padecer durante la vida. El primer desafío del
proyecto Genoma ha consistido en leer y descodificar toda esa información para
hacer uso después de ella.
El proyecto genoma es el programa de
estudio más fascinante de la historia destinado a conocer y controlar la
dinámica vital de la población total de los genes. Primero han sido
secuenciados casi 3.000 millones de bases, pero hay que determinar qué cromosoma
y en qué lugar preciso dentro del cromosoma se encuentra situado cada
gen. Sólo así se podrá penetrar en el misterio de su vida y milagros,
conociendo la función exacta que realiza cada uno de ellos en colaboración con
otros. El 26 de junio del año 2000 el mundo entero quedó
sorprendido por el éxito científico alcanzado en el cifrado de los genes. (3)
(3)
http://www.importancia.org/genoma-humano.php#ixzz2cFFJUXHC
Y todo esto, ¿para qué? El interés
científico es innegable. La posibilidad de conocer la base
biológica más profunda del ser humano merece cualquier esfuerzo y sacrificio
económico. Más aún cuanto las perspectivas terapéuticas están a la
vista. No son fáciles de llevar a la práctica y se prestan a
gravísimos abusos. Pero hablando de abusos uno de los más intolerables
podría ser el de la programación biomédica y política de una nueva eugenesia.
El término eugenesia, del griego
eugenés, significa ser de buena raza, y lo acuñó Francis Galton a finales del
siglo pasado. Concebía el la eugenesia como aquella ciencia que
trata de los factores que mejoran las cualidades innatas de una
raza. La mejora de la raza terminó convirtiéndose para Galton en
una especie de obsesión rayando en el fanatismo religioso.
En honor de la verdad hemos de reconocer que esta pretensión es tan
vieja como la humanidad, como no podía ser de otra manera. En la
antigua Grecia, por ejemplo, Licurgo había establecido el criterio siguiente:
Si entre los animales se escogen para su reproducción lo mejores sementales y
las mejores hembras, con mayor razón habría que hacerlo en la planificación de
la reproducción humana.
Vayamos, pues, a los recién casados –escribía después Platón- para
enseñarles cómo y de qué manera han de engendrar hijos. Y si no les
convencemos, habremos de amenazarles con ciertas leyes... La esposa y el esposo
deben proponerse ofrecer a la sociedad los hijos más bellos y mejores que les
sea posible.
El cómo y de qué manera sugeridos por Platón eran las comisiones
estatales para el control y mejora de la raza con la ayuda de la policía si
fuera necesario. En una sociedad perfecta el Estado debería
controlar la procreación mediante la selección de los más sanos para la
reproducción y la eliminación de los nacidos defectuosos dejándolos morir en un
barranco del monte Taigetos.
La prohibición bíblica de las relaciones sexuales entre consanguíneos y
de los matrimonios con leprosos y epilépticos tiene un sentido primordialmente
religioso, pero también eugenésico. La convicción de que las
uniones entre consanguíneos nacen hijos defectuosos ha estado presente durante
siglos en la misma legislación canónica.
Hasta el siglo XIX no se tenía conocimiento científico de las leyes de
transmisión de las enfermedades hereditarias, pero sí un conocimiento experimental
de que este tipo de uniones no favorecen la calidad de la
descendencia. Galton elevó la eugenesia al rango de la ciencia y en
Inglaterra y Estados Unidos prendió como fuego el proyecto de mejora racial
cometiendo auténticas barbaridades.
Estas se consumaron en el racismo nazi. Se seleccionaba a
los jóvenes de ambos sexos de acuerdo con los presuntos cánones de perfección
de la raza aria y se crearon las clínicas apropiadas para esta
finalidad. De acuerdo con la ley de higiene racial del 14 de junio
de 1933, debían ser esterilizados todos los deficientes físicos o psíquicos,
alcohólicos y delincuentes sociales.
Para los deficientes físicos o mentales estaba reservada especialmente
la eutanasia. Máxime si eran judíos, gitanos o simplemente
extranjeros indeseables. En el fondo de este movimiento eugenésico
late el mito de la presunta superioridad de alguna raza humana sobre otra, a la
que habría que eliminar de la forma más eficaz.
Actualmente se habla de eugenesia positiva y
negativa. La primera consiste en la promoción de una reproducción
humana de calidad. Las técnicas de reproducción artificial en el
laboratorio, llevadas con rigor científico, permiten la selección de células
germinales para evitar la transmisión de taras hereditarias.
Cuando una pareja recurre a los bancos de semen o de
óvulos exige todas las garantías de calidad para la futura descendencia y los
técnicos examinan con rigor a los donantes de gametos o de embriones humanos
que se han de utilizar. La intención eugenésica es evidente y hasta
cierto punto comprensible. Los nazis ensayaron los cruces naturales
con esta finalidad.
Actualmente la eugenesia positiva se realiza de
forma acética y melodramática al mismo tiempo en las clínicas de bioética
procurando herir lo menos posible la sensibilidad de las personas implicadas y
del público en general.
Pero objetiva e intencionalmente no hay diferencia
sustancial entre los proyectos eugenésicos nazis, políticamente fanatizados, y
las prácticas selectivas de características hereditarias que se llevan a cabo
actualmente a la sombra del biensonante nombre de bioética en el campo de la
procreación humana.
Las vidas sin valor de los nazis son eliminadas ya de
antemano mediante la selección germinal o el diagnóstico prenatal. Mediante la
amniocentesis, ecografía, biopsia de las vellosidades coriales, o los sondeos
del ADN, se detectan las anomalías cromo somáticas o metabólicas del feto y se
decide automáticamente se destino.
El llamado consejo genético muchas veces sólo sirve
para avalar la opción eugenésica aconsejando la eliminación del feto
indeseado. Y no menos preocupante es la técnica del screening o
cribado genético por su carácter masivo. Grupos de niños antes de
nacer o ya nacidos son pasados por la criba del diagnóstico prenatal o de la
inspección genética postnatal para decidir su destino en función de su calidad
hereditaria. Otras veces se pasa por la criba a grupos humanos de
portadores de una determinada enfermedad.
En el terreno de la política internacional, los países
ricos del Norte tratan ahora por todos los medios de cribar a los países pobres
del Sur mediante la imposición de la contracepción forzosa y el aborto casi
obligatorio. Por lo demás, la esterilización de disminuidos físicos
y retrasados mentales está adquiriendo hoy día una creciente simpatía en la
opinión pública y entre los profesionales del derecho.
El reverso de la medalla es la llamada eugenesia
negativa. Ahora se trata de establecer normas concretas legales que
impidan el matrimonio o la procreación a personas con riesgo de transmitir
enfermedades hereditarias. El fin de estas normas es eliminar las
características no deseables para la especie humana.
Primero
evitando la descendencia defectuosa, bien impidiendo las uniones matrimoniales
con riesgo genético, o evitando el embarazo. En el primer caso
juegan un papel decisivo el consejo genético y el cribado. En el
segundo se procura controlar la natalidad mediante la contracepción y
eventualmente la esterilización.
El siguiente paso es eliminar la descendencia defectuosa
mediante el aborto y el infanticidio. En este contexto eugenésico
negativo hay que emplazar a los gamines o niños de la calle en muchas grandes
ciudades del Tercer Mundo, los cuales son sistemáticamente matados por sicarios
que realizan operaciones de limpieza.
Declaración Universal sobre
el Genoma y Derechos Humanos
La 29 Asamblea General de
la UNESCO aprobó, el 11 de noviembre de 1997, la presente Declaración como
instrumento jurídico para la protección del genoma humano, declarándolo común
de la humanidad.
Por una parte, reconoce que
las investigaciones sobre el genoma humano y sus aplicaciones abren muchas
perspectivas de mejora de la salud. Por otra, pide que en la puesta en práctica
de este magno proyecto se respeten plenamente la dignidad, la libertad y los
derechos de la persona humana. En consecuencia, se prohibirá toda forma de
discriminación fundada en las características genéticas.
He aquí en síntesis
las afirmaciones más destacadas del documento:
-Dignidad humana y genoma
humano. El genoma humano es la base de la unidad fundamental de todos los
miembros de la familia humana y del reconocimiento de su dignidad y diversidad
intrínsecas. En sentido simbólico el genoma humano es el patrimonio de la
humanidad.
Esta dignidad impone que no
se reduzca a los individuos a sus características genéticas y que se respete su
carácter único y su diversidad. Por otra parte, el genoma humano en su estado
natural no puede dar lugar a beneficios pecuniarios.
-Derechos de las personas
interesadas. Para cualquier investigación o diagnóstico en relación con el genoma
humano se requiere el consentimiento previo, libre e informado de la persona
interesada, o de quien haga legítimamente sus veces. En cualquier caso, sólo se
podrá efectuar una investigación sobre el genoma de una persona a condición de
que obtenga un beneficio directo para la salud.
Por lo demás, nadie podrá
ser objeto de discriminaciones fundadas en sus características genéticas. Se
protegerá la confidencialidad de los datos genéticos y se repararán los daños
eventualmente causados con motivo de intervenciones imprudentes sobre el
genoma.
-Investigaciones sobre el
genoma humano. No deben permitirse prácticas contrarias a la dignidad humana
como la clonación con fines de reproducción de seres humanos. Las
investigaciones sobre el genoma humano deben orientarse a aliviar el
sufrimiento y mejorar la salud del individuo y de toda la humanidad.
-Condiciones del ejercicio
de la actividad científica. En nombre de la ética, a los investigadores sobre
el genoma humano se les exige rigor científico, prudencia, probidad intelectual
e integridad moral. Todo ello para que los principios de la presente
Declaración sean una garantía de respeto de los derecho humanos, las libertades
fundamentales, la dignidad humana y la salud pública. Para ello recomienda la
promoción de comités de ética que sean independientes, pluridisciplinares y
pluralistas. (4)
(4)http://portal.unesco.org/es/ev.phpURL_ID=13177&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
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